En el modelo Newtoniano, la luz golpea un espejo parabólico y se refleja hacia atrás hacia un pequeño espejo plano inclinado a un ángulo de 45º, el cual dirige los rayos de luz hacia el lado del tubo, donde se forma una imagen la cual es amplificada por el ocular.

El hecho que el espejo plano bloquee algo de la luz del espejo principal no es importante; con los grandes reflectores modernos, el modelo del Newtoniano es seguido raramente, y el observador puede sentarse en una jaula dentro del tubo, para que la imagen se forme en el foco principal.

El modelo Herscheliano (inventado por Sir william Herschel, el mejor hacedor de telescopios del siglo XVIII) fué un intento por evitar el espejo plano. El espejo principal estaba inclinado un cierto ángulo, y la imagen se formaba en un lado del tubo.

Desafortunadamente se introducían distorsiones, y los ajustes eran extremadamente difíciles y delicados, para que el arreglo no tenga compensación por el ahorro de una reflexión extra.. El modelo Herscheliano ahora es obsoleto.

En el Cassegrain, el secundario es convexo, y la luz es reflejada hacia atrás del tubo a través de un agujero en el espejo principal; esta es traída al foco y aumentada por un ocular en una manera inusual. En algunos casos no hay perforación de el espejo principal, y se introduce un secundario plano para dirigir los rayos hacia el costado del tubo.

Los Cassegrain pueden proporcionar grandes aumentos, y sus tubos cortos hacen que sea fácil manejarlos en comparación con los largos Newtonianos. El ahora obsoleto tipo Gregoriano tiene un secundario cóncavo ubicado fuera del foco del espejo principal.

El arreglo de Coudé incluye un espejo secundario y un espejo adicional rotable (que puede rotar) en el eje polar del telescopio. Después que los rayos son reflejados en una dirección constante se forma una imagen estacionaria y el observador no necesita moverse a medida que el telescopio gira.

Esto tiene la gran ventaja que los equipos pesados pueden ajustarse y permanecer estacionarios. Los mas grandes y modernos reflectores permiten un foco Coudé; este se aplica, por ejemplo, al reflector Hale de 508cm en Palomar. El principio Coudé también se aplica ocasionalmente a los telescopios refractores.