Si pudiera una rosa oler tan agradable mediante otro nombre
¿Podría BD +38°3238 sonar de manera mas dulce a los amantes
bajo un cielo de verano? Todo aquel que se inicia dentro de la
astronomía se queda perplejo ante la variedad de números y de
letras que denotan los grandes trabajos de la creación.
Algunas
veces, la nomenclatura parece estar diseñada para confundir.
Cualquiera puede ver hacia arriba y reconocer una estrella como
Vega -- entonces porque necesita también tener los nombres de BD
+38°3238, Alfa Lyrae, 3 Lyrae, HR 7001, GC 25466, HD 172167, SAO
67174, ADS 11510 y docenas de otros nombres?
Por fin, los principiantes no están solos en su confusión. El
Primer Diccionario de la Nomenclatura de los Objetos Celestes,
1983, describe bien cerca de 1,000 sistemas de nominación
diferentes usados de manera común, la mayoría de ellos
correspondientes a objetos tenues estudiados por los
profesionales.
Sus editores se desesperan porque la lista siempre este
ordenada, razonable o completa. La nomenclatura celeste es
demasiado caprichosa para ello, demasiado llena de esquemas que
han crecido desde tiempos pasados.
Un aficionado bien documentado necesita conocer
solamente una pequeña fracción de tales sistemas de
denominación.
En este artículo, trataremos los aspectos mas
relevantes de las estrellas junto con su significado y su historia. Otro
artículo se encarga de la nomenclatura de los objetos del cielo profundo.
¿DONDE ESTA ZUJ AL NUSHABA?
Desde los tiempos primitivos, las estrellas al igual que las
personas, han tenido nombres propios tales como Vega o Deneb.
Pero en la actualidad solamente se emplean los nombres propios
para un poco mas de una docena de las estrellas mas brillantes --
lo cual es una cosa buena. Los nombres de las estrellas son
poéticos e involucran el saber popular (por lo general escrito
en Árabe), pero esto genera confusión.
Para mucha gente
interesada en la astronomía "Deneb" significa la
estrella mas brillante en Cygnus. Pero este mismo nombre ha sido
atribuido, en algún tiempo, a cuando menos otras cinco
estrellas. Significa simplemente "cola", una parte del
cuerpo que muchas constelaciones poseen. ¿A cuál se refiere
realmente?
Mas aún, la lista crece muy rápidamente. El Catálogo de
Estrellas Brillantes de Yale, en su cuarta edición, 1982,
menciona 845 nombres de estrellas, lo que es mas de lo que mucha
gente podría memorizar.
Cada astrónomo sabe lo que quiere usted
decir cuando menciona a Sirius o a Polaris, pero ni el uno por
ciento podría identificar a Pispai (Mu Geminorum), Alsciaukat
(31 Lynxis), Dhur (Delta Leonis) o Zuj al Nushabah (Gamma
Sagitarii).
Mas accesible resulta ser el sistema de letras griegas
introducido por el astrónomo alemán Johann Bayer en 1603. En
ese año, publicó su bello atlas estelas Uranometría;
en él, Bayer identificó muchas estrellas en cada constelación
mediante una letra del alfabeto griego.
Llamó a la estrella mas
brillante Alfa, posteriormente continuó nombrando al resto de
acuerdo a clases de brillo desplazándose desde la cabeza hasta
los pies de una figura tradicional.
Las letras de Bayer fueron aceptadas de inmediato. Se emplean
con el genitivo en Latín de el nombre de la constelación; así,
la estrella principal en Centaurus es Alfa Centauri. Esto
simplemente significa "Alfa del Centauro".
En el
pasado, cuando mucha gente educada sabía Latín y Griego, esta
fraseología fluía de manera natural, pero ahora para muchos
observadores del cielo este resulta ser su primer encuentro tanto
con el alfabeto griego como con las declinaciones en latín.
Tarde o temprano, aquel interesado en la astronomía tendrá que
sentarse y aprender el Alfabeto Griego así como los genitivos de
los nombres de las 88 constelaciones (generalmente localizables
en la parte final de muchos manuales de astronomía).
Existen enjambres de estrellas por cada constelación, pero
solamente 24 letras del Alfabeto Griego. En algunas ocasiones se
repite la misma letra agregando un índice numérico como el caso
de la secuencia desde p1 hasta p6 Orionis, la entrecortada línea
que forma el escudo de Orión. Pero conforme se mejoró el
registro del cielo, fue necesario poner mas nombres a las
estrellas y entonces se adoptaron los números.
Alrededor de 1712, el Astrónomo Real de Inglaterra, John
Flamsteed, comenzó a numerar las estrellas de cada constelación
en dirección oeste - este, en orden de ascensión recta -- una
gran ayuda cuando se busca una estrella en un mapa. por ejemplo
80 Virginis está al este de 79 Virginis y al oeste de 81
Virginis (al menos en el sistema coordenado que usó Flamsteed,
equinoccio de 1725, el cual todavía concuerda con el este y
oeste celeste bastante bien).
Se numeraron todas las estrellas brillantes, tuvieran o no
letras del Alfabeto Griego, por lo cual Alfa Lyrae es también 3
Lyrae. En total, 2,682 estrellas recibieron números de
Flamsteed. El número mas elevado corresponde a la 140 Tauri.
Todo bonito y lógico -- pero cuando se vuelve nomenclatura
celeste, siempre hay una mosca en la sopa. Cuando en 1930, se
formalizaron los límites de las constelaciones muchas de las
estrellas de Flamsteed se encontraron en el exilio. Así, 30
Monocerotis se localiza en Hydra y 49 Serpentis está en
Hércules. Tales nombres fueron discretamente barridos debajo de
la alfombra para no volverse a usar nunca.
Nadie viajó hacia el sur lo suficientemente
lejos para numerar las estrellas que no se veían desde
Inglaterra. Así, en las constelaciones muy australes encuentra
uno a menudo letras mayúsculas y minúsculas del Alfabeto
Latino; tal es el caso de g Carinae y L2 Puppis. Esta
nomenclatura fue aplicada a todo el cielo por varios dibujantes
de mapas estelares desde Bayer, pero en el cielo del norte
dejaron de usarse muy pronto.
LA LISTA HERCULEANA
Para el siglo 19, todos estos esfuerzos de nomenclatura fueron
decayendo. Los telescopios revelaban para entonces cientos de
miles, cada una llorando por su propia identidad.
En 1859, el astrónomo alemán F.W. A. Argelander en el
Observatorio de Bonn, comenzó a medir las posiciones de las
estrellas con un refractor de 7.5 cm, con el fin de compilar una
lista gigantesca, la Bonner Durchmusterung (Prospección
de Bonn). Incluía 324,188 estrellas de hasta magnitud 9.5.
Argelander y sus sucesores dividieron el cielo en bandas de 1°
de declinación a lo largo de las 24 horas de ascensión recta.
Las estrellas dentro de cada banda fueron numeradas en orden de
ascensión recta; se ignoraron las constelaciones. Así, la
designación de Vega fue BD +38°3238, lo cual significa que era
la estrella 3,238 contando desde las 0h de ascensión recta en la
zona entre declinación +38° y +39°.
La BD original cubrió justamente la mitad del cielo, desde el
polo norte hasta la declinación de -2°. Una extensión hacia el
sur, la SBD, continuó el sistema hasta la declinación de -23°
para añadir otras 133,659 estrellas. El Córdoba Durchmusterung
(CD ó COD) completó el trabajo hasta el polo sur celeste con
otras 613,953 más, de esta forma el Durchmusterung visual o
"DM", acumuló un gran total de 1,071,800 estrellas.
El BD, con sus cartas estelares detalladas de 9a o 10a
magnitud y su lista confiable de posiciones bien checadas,
permaneció como una herramienta esencial para los astrónomos
durante casi un siglo. Todavía en la actualidad se encuentran
designaciones Durchmusterung. Las magnitudes estelares en estos
catálogos, sin embargo, de acuerdo con las normas actuales, son
nada confiables. Muchas fueron meras estimaciones a ojo.
Las estrellas variables tienen un sistema de nominación
propio. También esto fue instigado por el energético
Argelander. Nombró la primera estrella variable encontrada en
una constelación por la letra capital R con el genitivo del
nombre de la constelación, ya que, la letra previa, la Q, fue la
mayor que Bayer había empleado en su nomenclatura.
La siguiente
variable sería nombrada S y asi hasta la Z. Después de la Z
vinieron la RR, RS y así hasta la RZ, luego la SS, ST, hasta la
SZ hasta llegar a la ZZ. Si a una variable le correspondía ya
una letra griega, Argelander la dejaba sola.
¡Pero se descubrieron nuevas variables! Después de la ZZ,
los astrónomos decidieron llamarlas AA, AB y así hasta la AZ
(omitiendo la J ya que en algunos idiomas se podría confundir
con la I), luego continuaron desde la BB hasta la BZ hasta llegar
a la QZ.
Aún esas 334 designaciones probaron ser
insuficientes en algunas constelaciones muy pobladas. Más que
comenzar con un sistema de designación de tres letras, los
astrónomos decidieron llamar a las estrellas variables dentro de
una constelación como V335, V336 y así en adelante. Fue una
decisión inteligente. para 1990 el número mas alto de una
estrella variable era V4153 Sagitarii.
CATALOGOS MULTIPLOS
La siguiente gran lista de estrellas, ampliamente usada
después de la BD fue la del Catálogo de Espectros Estelares
de Henry Draper, compilada por Annie J. Cannon de Harvard desde
1911 hasta 1915 y publicada desde 1918 hasta 1924. Incluye
225,300 estrellas numeradas en un orden simple de ascensión
recta.
Posteriormente se agregaron muchas otras en la Extensión
de Henry Draper; estas contenían la clasificación HDE; esto
significa que una estrella con designación HD ó con HDE
garantizaba la existencia de tener su espectro medido.
Mientras tanto, se había publicado otro catálogo en Harvard:
La Fotometría Revisada de Harvard de 1908, la cual
proveía de magnitudes precisas a 9,110 estrellas de hasta
magnitud 6.5. Las estrellas de este catálogo poseían
clasificación HR.
Aún en la actualidad, la lista HR permanece
como la base del Catálogo de Estrellas Brillantes de Yale,
ampliamente usado por su información detallada acerca de las
estrellas visibles a simple vista.
Tal vez, el sistema mas común de nominación de estrellas en
la actualidad es el SAO. Se refiere al Catálogo de Estrellas
del Observatorio Astrofísico Smithsoniano (1966), el cual
(junto con sus cartas estelares) se produjo también en el campus
de Harvard.
Este catálogo da la posición muy precisa de 258,997
estrellas de hasta 9a magnitud. En el catálogo SAO, las
estrellas se numeran por ascensión recta dentro de bandas de
10° de declinación desde el polo norte hasta el polo sur.
Los números SAO han suplantado la designación GC ampliamente
usada alguna vez, la cual fue tomada del Catálogo General de
33,342 estrellas hecha por Benjamin Boss (1937).
La última y mas grande lista de estrellas es la del Catálogo
Guía de Estrellas del Telescopio Espacial Hubble (GSC). Es
demasiado grande para imprimirla; en lugar de ello se distribuye
en dos CD-ROMs. La lista GSC da la posición cercana a 1 segundo
de arco así como las magnitudes precisas, a pocas décimas, para
18,819,291 objetos desde 9a magnitud hasta 13a o 14a magnitud y
algunas veces tan tenues como la 15a magnitud.
De este total,
15,169,873 corresponden a estrellas; muchos de los 3.6 millones
de objetos restantes son galaxias tenues y pequeñas. Muchas
nunca han sido examinadas por ojos humanos; fueron medias de
manera automática a partir de placas fotográficas.
Un individuo típico en esta lista es GSC 1234 1132; se trata
de una luminaria de magnitud 13.3 en Taurus. Los primeros cuatro
dígitos especifican una de 9,537 pequeñas regiones del cielo;
los últimos cuatro corresponden al número de serie del objeto
situado dentro de esta región.
Para propósitos especiales se han compilado muchas otras
listas. El Catálogo Aitken de Estrellas Dobles (1932)
se conoce como el ADS; el IDS se refiere al Catálogo Índice
de Estrellas Dobles Visuales (Observatorio de Lick, 1963).
Estas listas comprensivas son mas racionales que las antiguas 150
formas de designación de estrellas dobles que probablemente
encontrará y que fueron publicadas por astrónomos que
realizaron descubrimientos. No obstante, los nombres mas antiguos
son gran parte de la jerga de las estrellas dobles de la que no
se desharán.
Los observadores de ocultaciones de estrellas por la Luna a
menudo se refieren a las estrellas por una designación ZC,
debida al Catálogo Zodiacal de estrellas que puede
ocultar la Luna. Etc., etc., etc.
P.D.: ¡Nombre Usted Mismo a las Estrellas! A
menudo Sky & Telescope recibe reclamos acerca de una
compañía que anuncia en la radio que nombrarán una estrella
con el nombre de usted o de una persona amada por 45 dólares o
algo así. Usted obtiene un bonito certificado y algunos
documentos. Se nos preguntó: ¿Es cierto?
No. El certificado es una "baratija" solamente.
Con mucho mayor validez, puede salir en una noche clara,
buscar cualquier estrella que le guste y darle el nombre que
desee. Gratis.
Conocemos muchos astrónomos aficionados que han hecho esto
para sus esposas o para sus hijos. Para uno de los editores de Sky
& Telescope, Iota Ursa Majoris es "La Estrella de
Lucy" y Zeta Hydrae es "La Estrella de Andrew".
¿Por qué no?
¿Por qué pagar algo comercial para mediatizar su vida
personal? Aún un certificado lujoso puede hacerse con menos de
45 dólares. La compañía anuncia que los nombres permanecerán
guardados en un banco suizo, como si eso significara algo. Si eso
le interesa, puede también colocar una hoja de papel con el
nombre de una estrella en su propia caja de seguridad bancaria.
Pero ¿por qué molestarse?
Algunas veces, algunos planetarios "venden"
estrellas de sus cúpulas para ayudarse a adquirir fondos. Tienen
el cuidado de decirle a los donantes que el certificado que les
proporcionan significa una contribución a una benemérita
institución, no la compra del nombre de una estrella verdadera.
Si insiste en pagarle a alguien para pretender nombrar una
estrella, esta es la peor forma de hacerlo.
Alan MacRobert es un Editor Asociado de la revista
Sky & Telescope y un ávido astrónomo de traspatio.
Francisco Javier Mandujano Ortíz es miembro del Consejo
Consultivo de la Sociedad Astronómica de México A.C.