Astronomia  Observando desde la Ciudad

ASTRONOMIA PARA PRINCIPIANTES

 


Astronomía del Traspatio: Observando desde la Ciudad
Por Alan MacRobert  Traducción de Francisco Javier Mandujano Ortíz

Para los aficionados a la astronomía estos son los mejores y los peores tiempos. Nunca habían estado tan accesibles, a precios moderados, tanto los grandes telescopios como los accesorios sofisticados.

Nunca había existido tanta información celeste disponible con solo el mover una página o el clic de un ratón. Pero nunca había vivido tanta gente bajo tales cielos nefastos. Muchos de los lectores de Sky & Telescope pueden seguir en la pantalla de una computadora el movimiento que Plutón tendrá en el año 3000 D.C., pero no pueden salir de su casa y encontrar Polaris a través de la contaminación luminosa.

Esta paradoja irá en aumento conforme se mejora el equipo y los cielos oscuros se retraen.

 El futuro de la astronomía de aficionados es, probablemente, un microcosmos del resto del futuro del mundo: mejor tecnología en un medio ambiente cada vez mas pobre.

Cual de estas dos predominará tanto en la astronomía de aficionados como a lo largo del mundo es la adivinanza.

El medio ambiente es público, pero el equipo es propiedad privada. Las estrellas pertenecen a todos, pero el acceso a ellas se privatiza.

 Muchas de las vistas celestes mas comunes ya necesitan de equipo costoso, filtros contra la contaminación luminosa o el dinero y el tiempo para viajar a lugares distantes y no contaminados.



Sin importar lo que nos depare el destino, algunos observadores no permitirán que algo los detenga.

Esta es la gente que coloca sus telescopios dentro de la ciudad y se cubre la cabeza con sábanas para bloquear las luces de la ciudad, mientras mantienen el oído afinado contra los ladrones.

Esta es la gente que se pasa un año examinando las estrellas a través de la ventana de un departamento y resulta con un bloc de curvas de luz de estrellas variables. Esta es la gente que toma el tiempo de ocultación de las estrellas detrás de las paredes de un rascacielos y determina la velocidad de presesión del eje de la Tierra.

Los observadores "normales" que tienen (o que viajan para tener) cielos decentes tienden a considerar a tales entusiastas como habitantes estrafalarios de un grupo de aficionados a la astronomía sin importancia. Están equivocados.

Conforme el mundo se torna mas densamente poblado, urbanizado y mas iluminado, los observadores de la ciudad son las huellas de la vanguardia de la exploración hacia nuestro futuro.

CUARTOS CON VISTA...

Hace muchos años, después de haberme cambiado hacia el centro de New Haven, Connecticut, descubrí las inesperadas posibilidades de observar dentro de la ciudad. Asumí que la observación del cielo cesaría de ser parte de mi vida.

Pero la buhardilla de nuestro departamento tenía sobre la tarja de la cocina un domo de iluminación de plástico y una noche, de risa, traté de observar con unos binoculares 7 x 50 a través de ella. Sorprendentemente, pude ver varias estrellas.

Observar cualquier cosa bajo estas condiciones parecía ser tan notable que hice algunos experimentos. Arreglé la manera de permanecer con mi cabeza en la burbuja rodeada de pantallas para bloquear la luz. Usando una carta de Mira para estrellas variables publicada en Sky & Telescope, descubrí que mi magnitud límite con los binoculares era 8.6. Pude observar Mira cerca de su mínimo.

Si bien es cierto las imágenes estelares estaban distorsionadas por la burbuja de plástico, pero las estrellas estaban ahí. ¡Seguro que podía hacerse mucho con este límite de magnitud! En los siguientes meses exploré el cielo con binoculares de una manera tan cuidadosa como nunca lo había hecho.

Tomaba una pequeña porción del cielo y le exploraba todo -- las distancias y tipos espectrales de las estrellas, objetos interesantes que observar -- y dibujar mapas. Instalé un pizarrón en la burbuja y arreglé lo necesario para descansar de una manera confortable. Era mi pequeño mundo. seguí las pulsaciones mensuales de T Monocerotis, los imprevisibles cambios de Y Tauri y el paso de los asteroides en sus aproximaciones.

Las estrellas dobles visibles con binoculares podían observarse a voluntad y dediqué grandes períodos de tiempo mapeando todo lo que podía ver en la Espada de Orión. Identifiqué gran cantidad de detalles en la Luna.

Comenzaron a aparecer beneficios inesperados. Las restricciones en la observación imponen disciplina; mas que dedicarme a turistear, tuve que hacer trabajo de escritorio con mapas y catálogos para desarrollar buenos proyectos.

Esto se convirtió en la clave de una astronomía recompensante. La superficie interna de la burbuja probó ser una sólida "montura" para los binoculares cuando los presionaba contra ella.

Las bellas vistas estables compensaban la pobre calidad óptica del plástico y la capa gris de contaminación del exterior. Fue una experiencia nueva estar en mangas de camisa examinando Orión, mientras el helado viento invernal soplaba a unas pulgadas de ahí.

La lección era clara. Trabajo de escritorio, óptica estable y confort en la observación cuidadosa del cielo dentro del peor ambiente.

Si era posible hacer tanto en la ciudad con binoculares, un telescopio ofrecería posibilidades mas amplias. La Luna y los planetas mostrarían cada detalle tan claramente -- si no tanto -- al astrónomo urbano como al rural.

Ciertamente una ciudad esta llena de fuentes de calor que pueden causar turbulencia atmosférica y degradar las condiciones de visibilidad. Pero a menudo la niebla de la ciudad parece estabilizar la observación.

Jim Phillips de Charleston, South Carolina, fue uno de los muchos observadores de la ciudad que respondió una solicitud publicada en Sky & Telescope para sus narraciones. Phillips dedica sus tiempo de observación a la Luna y los planetas.

"Honestamente", escribe, " Estoy sorprendido de cuantas noches de buena visibilidad he tenido desde mi ubicación 'en medio de la ciudad' ." Emplea un refractor de 20 cm f/13 en un observatorio de techo corredizo localizado detrás de su casa. "Hace mucho tiempo decidí que tenía que vivir en o cerca de una ciudad y, después de pensarlo mucho, concluí que mas que mover un telescopio portátil mas allá de las luces, prefería un observatorio en una área contaminada por luz.

La ventaja de tener un observatorio con cartas, libros y catálogos manejables así como la posibilidad de comenzar a observar en minutos, contrarrestaron por mucho la contaminación luminosa y el cielo parcialmente obstruido.

"Resolví dobles en o cerca del límite teórico de mi telescopio. Los detalles en Júpiter son excelentes tanto como lo son los de la superficie lunar." Phillips terminó haciéndose cargo de la Prospección del Domo Lunar de la Asociación de Observadores de la Luna y los Planetas.

A un telescopio poderoso no le preocupa vencer tales problemas de visibilidad. Robert W. Bethune de Grand Rapids, Michigan, usó un Questar de 9 cm durante cerca de dos años "desde el corazón de Seul, Corea, una ciudad de muchos millones tanto con neblumo como con contaminación luminosa.

El lugar donde vivía estaba densamente iluminado, con varios arbotantes cercanos ademas de luces brillantes en los andadores y en las ventanas." Sin embargo, continúa, "la Luna fue de interés constante. Este verano pasado ofreció oportunidades excelentes para estudiar los sistemas jovianos y satúrnicos.

Existen un número de estrellas variables, estrellas dobles e incluso nebulosas que pueden ser observadas con práctica a través de la densa contaminación. Mi gran éxito fue cronometrar las ocultaciones del limbo brillante de una estrella de 8a magnitud durante el reciente paso de las Pléyades."

Bethune ofrece diversas recomendaciones: "Puede uno ser agresivo ante algunas luces. Yo opté por retirar momentáneamente los focos de las lámparas de los andadores para, por supuesto, volver a colocarlos posteriormente."

"Ayuda acostarse tarde y levantarse temprano. Aún en las ciudades mas grandes, las cosas se vuelven lentas en la tranquilidad de la noche. Planear con anticipación ayuda también.

Se vuelve uno hábil al buscar dentro de los calendarios estelares y los planisferios los eventos que ocurrirán dentro de el pedazo de cielo del que dispone. La lección mas importante es aceptar los límites de la situación, que se dan a conocer después de investigar y experimentar cuidadosamente."

Resulta un tabú para aquellos que aspiran al título de aficionado a la astronomía el apuntar un telescopio fuera de una ventana. Se supone que la diferencia de temperaturas entre el exterior y el interior destruyen las condiciones de visibilidad.

Esto es cierto algunas veces -- pero no siempre, como descubrió Michael Boschat de Halifax, Nova Scotia. "Para trabajo planetario, saco mi telescopio refractor de 7.5 cm y en algunas ocasiones la imagen es tan estable que he podido usar hasta 200 aumentos. Lo hice el pasado verano con Marte y logré ver detalles aún cuando el planeta se encontraba bajo en el cielo, sobre el techo de un vecino."

Por supuesto, el Sol siempre está presente. Sol Steinberg es un retirado que vive en un departamento con jardín dentro de un complejo cercano a Camden, New Jersey "Mi ventana da hacia el este, dentro de un 'jardín' rodeado de 11 edificios."

Usando un reflector barato de 7.5 cm montado sobre una mesa, ha fotografiado la Luna y ha seguido los satélites de Júpiter y las fases de Venus. "El Sol se ha convertido en my objeto matinal regular," escribe. "El ocular de 55 mm proyecta una imagen brillante sobre el techo de mi dormitorio, pero nada iguala el verlo directamente empleando un filtro."

Comenzó a seguir el ir y venir de las manchas solares en marzo. "Ayer apareció un nuevo grupo y esta mañana, dos de las manchas se han convertido en arcos -- un fenómeno nuevo y excitante para mí."

...Y TAMBIEN EL CIELO PROFUNDO

Las nebulosas y galaxias, con su poco brillo superficial so afectados grandemente por la contaminación luminosa. Por eso muchos citadinos las evitan antes de tratar de verlas. Una de las que rehusó claudicar fue Jenny Worsnopp, cercana a la parte baja del Lado Este de Nueva York.

"Manhattan es el peor lugar para vivir para el astrónomo aficionado," escribe. "Pero mi gran amor son los objetos del cielo profundo. ¿Qué hacer?" La respuesta fue salir y ponerse a observarlos.

Desde el techo de su departamento Worsnopp tenía una vista abierta del cielo así como los espectáculos luminosos tales como los edificios Empire State, Chrysler y Citicorp. El último, lanzando al cenit un abanico de luz de acuerdo con la visión retorcida del arte de algunos arquitectos.

Sin embargo, Worsnopp registró 46 de los 110 objetos Messier desde su techo empleando un reflector de 15 cm f/8." "Los cúmulos abiertos y los globulares brillantes son visibles aun en el cielo nocturno temprano," escribió. Muchos edificios apagan sus luces decorativas a media noche, "y después de ello, el cielo es nuestro. Vaya."

"Recientemente me llevé una sorpresa placentera, fui al techo a las 12:30 a.m. y encontré las galaxias M104, M66 y M81 -- y, sorprendentemente, M97," una gran nebulosa planetaria tenue que difícilmente puede verse bajo cualquier circunstancia. "Usé un filtro nebular OIII y visión desviada."

Tales cosas requieren de práctica y habilidad, sin mencionar la larga búsqueda a simple vista desde el punto de partida que puede estar a varias decenas de grados. "La observación desde la ciudad", comenta Worsnopp, "es un buen entrenamiento para aquellos objetos exóticos que todos queremos ver desde mejores lugares.

Los observadores citadinos no ven en sus buscadores los objetos Messier brillando, esperando a ser centrados; tenemos que buscar el punto exactamente, lo que nos hace buenos lectores de mapas. Siento que si lo puedo ver aquí, no importa donde se encuentre usted, también lo verá."

David H. Frydman de Londres, Inglaterra dice: "Durante 30 años he observado desde ciudades." Empleando un refractor "con un objetivo de 12.5 cm f/5 de Jaegers, he observado 350 de los 600 objetos de cielo profundo que sé que son posibles (excluyendo estrellas dobles), muchos de ellos muchas veces." Ha trabajado compilando una guía para objetos de cielo profundo para citadinos y ofrece un número de guías:

"Hay una ventana con un radio de 25o desde el cenit, donde es posible ver objetos tenues aún dentro de la contaminación de Londres. Cada esfuerzo de observación deberá hacerse dentro de esta ventana, o tan alto como sea posible.

"Excluya tanta luz local como pueda. Observe después de las 11 p.m., busque el lugar mas protegido y, de ser necesario, ponga una caja abierta sobre su cabeza y sobre su telescopio."

"Las mejores condiciones son después de que ha llovido y con vientos fuertes, conforme el aire claro del campo es soplado sobre la ciudad. He logrado ver la Nebulosa del Velo, la de la Lechuza M97 incluyendo sus 'ojos oscuros' y grandes detalles en M33. Normalmente, las dos primeras son casi invisibles en un telescopio refractor de 12.5 cm."

Es esencial contar con cartas grandemente detalladas, remarca Frydman. "Usted ve una o dos magnitudes mas débiles si sabe exactamente donde se localiza un objeto y espera hasta verlo."

La visibilidad de un objeto del cielo profundo dentro de la contaminación luminosa depende mucho menos de su magnitud total que de su brillo superficial. Así, cuando busque un objeto prometedor a través de catálogos, trate aquellos que combinen brillo con tamaño pequeño.

Muchas nebulosas planetarias pequeñas tienen un gran brillo superficial. Alister Ling publicó un a lista de 60 "nebulosas planetarias visibles desde las ciudad" en Deep Sky del verano de 1986.

Muchas de ellas son prácticamente de apariencia estelar y requieren de mucho aumento para resolverlas -- sin mencionar las cartas estelares para identificarlas de primera intención. Ling proporciona varias ideas para distinguirlas de entre las estrellas.

Un método de identificación vuelve ventajosas las malas condiciones de visibilidad del lugar: una planetaria pequeña parpadea menos que una estrella, por la misma razón de que un planeta también parpadea menos (ambos tienen discos apreciables). Otra idea es el tinte verdoso o azuloso.

Las mejores "planetarias citadinas" en la lista de Ling que son mayores que 15 segundos de arco y mas brillantes que magnitud 10.0 no son ampliamente conocidas: NGC 1535 en Erídanos, NGC 3242 en Hidra y NGC 6828 en Cignus. Claramente, este es un nuevo gran campo para explorar.

Donald R. Ferguson publicó en la página 96 de Sky & Telescope del mes de abril de 1995, un artículo sobre la observación de nebulosas planetarias de alto brillo superficial en ciudades. Ferguson incluye una lista de 18 de tales objetos que colectó con un telescopio de 9 cm desde " la basta urbe de Houston."

FILTROS NEBULARES

Cuando, a finales de los años 1970s, se descubrieron los filtros nebulares, los observadores citadinos y suburbanos ganaron un gran campo dentro del cielo profundo. Estos operan en un principio muy simple. Las nebulosas de emisión emiten luz en longitudes de onda estrechas que difieren de las de las lámparas de vapor de Sodio y de Mercurio usadas en las calles.

Usando un filtro de interferencia multicapa, es posible cortar finamente el espectro de la luz visible lo suficiente para separar estas longitudes de onda. El resultado es un cielo mucho mas oscuro, algunas estrellas y galaxias mas tenues y solamente algunas planetarias y nebulosas de emisión ligeramente tenues.

Este contraste resaltado puede, en muchas circunstancias, mas que maquillar la cantidad de luz relativamente pequeña perdida en la nebulosa, haciéndola mas clara.

Estos filtros no convierten los cielos citadinos en cielos campiranos pero ayudan. Una técnica para detectar nebulosas, especialmente planetarias pequeñas, es "parpadear" con el filtro. Manténgalo frente al ojo y muévalo rápidamente dentro y fuera de la línea de visibilidad; una nebulosa parpadeará relativamente con respecto a las estrellas que la rodean.

De manera alterna, el parpadeo se puede lograr inclinando el filtro mientras se busca a través de él, dado que pierde su efectividad en determinado ángulo.

Existen diversos filtros nebulares (o de contaminación luminosa) disponibles. Usan estrategias distintas para diferentes tipos de objetos y condiciones. Una revisión detallada de ellos la encontrará en el número de julio de 1995 de Sky & Telescope.

EL CCD

La mayor esperanza que proporciona la tecnología -- para aquellos que pueden afrontar el gasto tanto en dinero como en tiempo -- es la cámara CCD. Las cámaras CCD (dispositivos de acoplamiento de cargas) están tomando gran auge en el campo de la astronomía de aficionados y sus precios disminuyen cada año.

Una cámara CCD tiene dos grandes ventajas. Primero, el chip CCD es muchas veces mas sensible a la luz que el ojo y aun que la película fotográfica. Segundo, alimenta una imagen grabada digitalmente directamente desde el telescopio dentro de su computadora, donde la imagen puede se realzada, analizada, medida y manipulada.

La manipulación mas importante es la posibilidad de sustraer un fondo altamente contaminado por luz, como por magia, sin pérdida notable de información. Un telescopio de 20 cm puede grabar estrellas de 15a o aún 16a magnitud dentro de las peores condiciones de contaminación luminosa o con luz de Luna.

¡Esto es varias veces mas tenue que las estrellas que el mismo telescopio puede mostrar bajo un cielo oscuro en la cumbre de una montaña!

Algunas desventajas de los CCDs son el campo de visión tan pequeño, la dificultad de colocar este campo donde se desea y problemas para el enfoque.

El equipo puede ser temperamental; la montura del telescopio debe ser tan rígida y precisa como para astrofotografía de larga exposición. Y, por su puesto, usted está viendo la pantalla de una computadora, no las estrellas. La astronomía de CCD consiste en trabajar con equipo y computadoras, no en observar el cielo.

El avance mas importante que representa el CCD es la ciencia que puede hacerse con las imágenes grabadas. Durante gran parte del siglo XIX, los aficionados a la astronomía estuvieron a la par con los profesionales en términos de lo útil de sus observaciones.

Desde entonces, se habían quedado muy atrás, pero con las cámaras CCD en las manos correctas, se ha recuperado gran parte de ese terreno perdido.

Sin embargo, ninguna máquina reemplazará la simpleza y delicia de examinar las estrellas directamente, como parte de la naturaleza viviente.

COROLARIO

"La contaminación luminosa" es el brillo en el cielo mismo. No deberá confundirse con la iluminación local que brilla directamente dentro de los ojos del observador.

Las luces locales son mas agravantes pero mas fáciles de eliminar. Muchos observadores tienen vecinos cooperativos que apagan sus luces exteriores si se les solicita. Una buena forma de romper el hielo es invitarlos a observar a través de su telescopio.

Si no le es posible observar a la sombra de los arboles o de las paredes, puede erigir un empapelado para proteger su lugar. Max Wyssbrod vive en Lucerna Suiza, a lo que el llama "la ciudad mas brillante de Europa."

En Sterne un Weltraum de abril de 1987 escribió acerca de su "observatorio entelado". Consiste de cuatro postes de aluminio de 3 metros de largo colocados dentro de tubos cementados en el piso dentro de un cuadrado de 0.9 m. Las cuatro paredes son de tela negra; estabilizadas mediante tirantes. Se tarda uno 15 minutos en instalar todo incluyendo un telescopio Schmidt-Cassegrain de 20 cm.

Otra estrategia es proteger solamente sus ojos y el extremo de trabajo del telescopio. El truco puede ser usar una tela negra como la de los antiguos fotógrafos o su equivalente, o bien, un capelo que pueda colocarse sobre su cabeza. Cualquier telescopio ubicado dentro de luces locales brillantes deberá contar con un gorro anti humedad largo para evitar que la luz entre al tubo. Los oculares deberán tener cubre ojos de caucho.

"Yo uso una campana negra y ocultadores que hice con cartón colocados a ambos lados de mi cara," escribe Charles Haun de Morristown, Tennessee. "Funciona bastante bien."

Esconderse bajo telas y emplear ocultadores puede parecer una forma ignominiosa de experimentar las glorias del cosmos. Pero esas son algunas de las cosas cuyo uso tiene que incrementar el aficionado a la astronomía conforme marcha de manera bravía hacia el futuro.

Alan MacRobert es un Editor Asociado de la revista Sky & Telescope y un ávido astrónomo de traspatio.

Francisco Javier Mandujano Ortíz es miembro del Consejo Consultivo de la Sociedad Astronómica de México A.C.

SE RECOMIENDA LEER: City Astronomy de Robin Scagell (Sky Publishing Corp., 1994) 176 páginas, cubiertas suaves,  Un manual excelente.


 

 

 

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